La muestra, creada de manera específica para la sala, dialoga con el enclave histórico e imponente de la iglesia barroca, buscando una alianza con él
La Sala Verónicas, adscrita a la Consejería de Presidencia, Turismo, Cultura y Deportes, acoge desde hoy y hasta el 8 de enero la exposición ‘Mi famosa serie blanca’, del pintor murciano Miguel Fructuoso. La muestra, creada de manera específica para la sala, dialoga con el enclave histórico e imponente de la iglesia barroca, buscando una alianza con él.
Miguel Fructuoso proyecta un conjunto de 13 grandes obras de gran envergadura que parten de amplias masas de pinturas acrílicas en blanco y negro que, aplicadas de manera abundante y redimida, desvelan una serie de líneas finas arrancadas a la pintura todavía fresca.
El resultado es una pintura de gran carga gestual, que evidencia la espontaneidad y que permite distinguir dos momentos. El primero corresponde a la aplicación de las masas sobre la tela, cuyas idas y venidas vislumbran de manera clara los gestos de los brazos del pintor, y el segundo consiste en ir minuciosamente horadando esa capa todavía tierna, buscando bajo ella unas líneas de la imprimación negra originaria que permitan convertir en dibujo la capa inicial.
El consejero de Presidencia, Turismo, Cultura y Deportes, Marcos Ortuño, destacó en la presentación de la muestra “la singularidad de cómo se abordan estos cuadros a nivel formal, como composiciones que cobran forma a contrarreloj, y la madurez creativa de este pintor, ya reconocido en los principales foros internacionales de arte, para viajar a la búsqueda de un grado cero de la pintura”.
Las referencias de la serie blanca tienen un contexto histórico muy amplio. Comienzan en los primeros ejercicios monocromos de la historia de esta disciplina, en las páginas negras que Laurence Sterne incluyó en Tristram Shandy. Nos llevan a pensar en Malevich y en las versiones de su cuadrado negro que reformularon la pintura del siglo XX, en las líneas que Fontana arrancaba directamente a la tela, o con más proximidad, en Hernández Pijuan.
La muestra, que se puede visitar en la Sala Verónicas, invita al paseo, a convivir con este inmenso espacio, pero manteniendo el pulso con el juego de sombras y luces que sacan a la superficie las molduras de los pilares y las cornisas. En cuanto a los temas tratados en esta famosa serie blanca, remiten a los géneros históricos que la pintura ha tocado de un modo recurrente hasta nuestros días.